Sunday, October 01, 2006

ESA NOCHE

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Nunca pensé que pudiera pasar, cuñao, todo iba tan bien, parecía eterno. Estábamos hechos el uno para el otro, solo esperábamos el momento de encontrarnos y listo, éramos felices. No importaba el lugar, en la universidad, en la playa, en los cerros, en los parques, en los baños, en su casa … me encantan sus piernas y las tengo solo para mí, no, puta madre, las tuve … ya no tengo nada de ella, y fue por culpa de su vieja, se rayó y de la nada me botó de su casa, ni siquiera me dejó entrar, huevón. Siempre llegábamos con la última botella de la noche para acompañar las caricias de la madrugada, allí hacíamos lo que queríamos, teníamos todo el primer piso para nosotros, la vieja me saludaba contenta, le decía que había comida en la refri y chau, no molestaba más … ¡puta madre! ¿Qué le pasó esa noche? La vieja sabía que la acompañaba para quedarme, la negra vivía en el culo del mundo, por Zárate, pasando el cerro San Cristóbal ¿mayas por allá? … yo me tenía que regresar hasta San Borja, así que ni cagando me iba a esa hora. Además, ya estaba establecido, yo la acompañaba y me quedaba … y carajo … como gozábamos toda la madrugada. Me gustaba escribirle poemas … eeee … horas grises, corta vista … tu desnudez fluye dejándome inerte … ¿qué más? … ah sí … soledad volviendo a nada … Pero esa noche, la vieja se cruzó y no me dejó entrar. Me largó sin importarle las súplicas de la negra, que rica que es, o que rica era, no sé … salú compadre. Ella lloraba porque sabía que yo no tenía un puto sol en el bolsillo y un taxi me cobraría un huevo de plata hasta mi casa, y ni pagarle al llegar porque mi abuela estaba de viaje y regresaría al otro día. Me alcanzó las dos últimas monedas que le sobraban en el bolso, porque su vieja no le permitió subir a bajar más plata. Una huevada ser misio cuñao, es que todavía no termino la universidad y si me pongo a trabajar descuido mis estudios, bueno, no es que sea tan estudioso, pero ya quiero terminar … puta ya empezaron los noventa y yo empezé en el ochentaicinco, me estoy demorando mucho en la universidad, chesumadre … es que tampoco voy a estar de cualquier cosa compadre, si trabajo tiene que ser en algo que me guste y por lo que me paguen bien … yo escribo ¿manyas? poemas, cuentos, guiones, le he escrito varios poemas a la negra … tan buenaza, chesumadre, vieja loca como la cagó, ¿cómo era ese poema? algo así como … vuelve de la penumbra, derróchame en tus laberintos … eeeeeeeeeeeee … fluye terrena, por mis poros … y no se qué más, puta no me acuerdo, pero esa noche me acordé de toditos, bueno, no son muchos. Como te contaba chochera, me dio un sencillo para que me ayude en algo y por supuesto que le pedí la botella de vino que habíamos llevado para las caricias que quedaron desdibujadas en las nubes negras de esa noche, ¡chucha! me puse romántico, ¿ya ves? soy medio poeta, huevón, bueno, huevón también a veces … soy bien romántico a la franca. Me puse a caminar con la botella en la mano, ella no me la quería dar porque yo ya estaba bien borracho, mucho más que ahora, y suponía que si me iba chupando a esa hora de la madrugada y por esos barrios tan peligrosos, pues algo me tenía que pasar, se cagaba de miedo, la verdad yo también me cagaba de miedo cuñao, pero le dije que la botella me serviría de arma de defensa. Así que me la dio llorando … conchesumadre, deseaba hasta a sus lágrimas … pero me fui, como te decía, con la botella en la mano. Caminé por la avenida principal de Zárate, ¿cómo se llama? esa que sale al río Rímac, puta madre, alucíname caminando con mi botella por la orilla del Rímac a las dos o tres de la mañana, ¡a su madre! me tomé un trago y seguí caminando, salú, supongo que zigzagueaba entre las luces de los carros porque caminaba por la pista, yo siempre camino por la pista cuando estoy borracho, no vaya a saltar un choro desde un rincón de la vereda y la cagada. Claro, un auto me puede atropellar, pero no sé por qué me siento más seguro en la pista. No sé. Además, me debo ver alucinante en contraluz con mi botella, como en una película del cine negro americano … puta madre, a ella le encantaba tomar fotos, era fotógrafa, me tomó en todas las poses ¿qué habrá hecho con las fotos? yo también le tomé varias, en la playa, bueno no tantas, pero en la playa, con su bikini, tenía un … ah ya … vuelve de la penumbra, derróchame en tus laberintos … fluye terrena, por mis poros….¡vieja de mierda como la cagó! de hecho me hubiese tomado una foto caminando por la pista con mi botella y las luces de los carros reventando en mi espalda como estrellas o rayos. ¿Qué bacán no? Parecía una escena de Blade Runner, esa pues con … ¿cómo se llama? … bueno esa. Parecía una película, pero en ese momento no lo sentía nada bacán, tenía miedo compadre, a la franca. Bordeaba las faldas del cerro San Cristóbal, por atrás, creo que tiene otro nombre por atrás, y chequeé el barrio de una amiga de la universidad … ¡puta! en San Marcos conoces gente que vive donde menos te lo imaginas, manya que en el primer ciclo un pata nos invitó a su cumpleaños en Ventanilla, cágate. ¿Sabes donde queda Ventanilla? … en el otro culo del mundo, creo que es el último distrito de Lima, al fondo, al fondo. En la carretera al norte creo, como quien se va a Huacho … ¿Manyas Huacho no? … bueno, esta amiga vivía en el Cerro San Cristóbal y subí a su barrio. Unas caras chochera, de madrugada la gente se pone más fea ¿por qué ah? … le toqué la puerta conchudazo, de hecho ya estaban durmiendo, le toqué la puerta con la intención de dormir en su sala. Es mi pata, no me podía decir que no. Abrió la puerta con su mamá, las dos estaban asustadazas, era lógico, tenía cara de borracho asustado y, además, estaba sudando como un chancho ¿aunque dicen que los chanchos no sudan no? … les conté lo que había pasado, y me dijo que podía quedarme a dormir, pero su vieja me dijo que ya no tome y que deje la botella, entonces me empinché un poco, no me puse malcriado pero cuando ya estoy zampao, tengo que terminar todo el trago que hay o no me quedo tranquilo. Salú compadre … además tenía razón de seguir chupando ¿no crees? … me quería relajar, tenía derecho después de lo que había pasado, pero insistieron en que deje la botella, así que me largué también de allí, creo que me llamó un rato, pero no insistió mucho, esa chata no le ruega a nadie. La verdad no recuerdo bien si insistió en que me quedara o no. La cosa es que seguí caminando con la botella en la mano, decidí no tomar porque tenía que tener todos mis sentidos despiertos o medio despiertos, al menos hasta llegar al centro de Lima. ¡Y carajo! para llegar al centro había que cruzar el puente que está por la plaza de Acho, ese que viene de la avenida Abancay, pero como estaba lejos, entonces crucé otro puente que estaba cerca. Luego de algunos días me enteré que se llama puente Huánuco … creo … resultó recontra bravo compadre. Las caras cada vez se iban poniendo más feas, hasta que me di cuenta donde mierda me había metido … ¡conchesunadre, estaba en un fumadero de pastrulos! delincuentes de mierda, de esos que ya están consumidazos por la droga … no me mires feo cuñao, no te estoy paleando, ¿o es otra cosa? … bueno, parecía un campamento de refugiados a los que habían abandonado a su suerte durante cien años, la gente estaba tirada en carpas hechas con sábanas viejas y asquerosas, papel periódico mugroso, ropa podrida, puta un asco. De hecho que si me veían me sacaban la mierda y me dejaban muerto, claro que primero pasaba por las armas de todos esos hijos de puta, conchasumadre ¿alguna vez te has imaginado morir violado por mil pastrulos? toditos dándote duro, ja, ja, ja, ejem … no te molestes chochera … ahora me río pero en ese momento creí que solo llegaba hasta allí. ¿Sabes lo que hice para pasar piola? me guardé los anteojos y me revolqué en la tierra cochina para ensuciarme todo, tenía el pelo un poco largo así que también me lo revolví con la apestosa tierra esa y quedé greñudo. Parecía un loco callejero, uno más de ese grupo … entonces tomé un trago y crucé esa calle … como en una escena de Fellini … me pareció que me desdoblaba, me veía desde arriba, en plano general, en cámara lenta, era una película chochera … caminaba apretando la botella y la calle de mierda parecía que se estiraba en lugar de acercarse, como ese efecto que se hace con el travelling inn y el zoom back al mismo tiempo ¿manyas? … puta no vas al cine ¿no? … en esa escena mi personaje era un hombre que iba desapareciendo como las imágenes que veía desde sus ojos huérfanos … la miopía sumada a la borrachera me hacía ver todo en desenfoque y a medio disolve … o sea todo borroso pues compadre. Sin embargo, desde esa penumbra continuaba viendo esas imágenes de hombres que ya tenían poco de humano, rostros desfigurados por la caña, el alcohol metílico, la pasta, y quien sabe que huevadas más, y yo, por instinto de conservación, convertido en un reflejo de ellos en el lapso eterno de tiempo que duraba el caminar esa calle … salú hermano … salí por unas calles meadas que me llevaron a la plaza España, detrás del Congreso. Estaba sano y salvo como si la tierra asquerosa que usé de maquillaje me hubiese convertido en un ser invisible … ¿Me quieres decir algo? ¿no? … Bueno, me senté en una banca a descansar un poco, tomé un trago y de pronto miré hacia la casa de mi profe de fotografía, sí, vivía allí en la plaza, ¡te lo juro! tenía que contarle lo sucedido, se iba a emocionar con mi aventura y mi puesta en escena, le iba a contar imágenes dignas de sus mejores fotos. No lo veía hacía un huevo de tiempo ya que su curso lo llevé en los primeros ciclos, pero era mi pata, en varias ocasiones nos tomamos un trago hablando de cine, de foto y de mujeres por supuesto, le gustaba un poema mío … creo que era así … Despierta en mi angustia, pierde mi lengua entre tus piernas brunas, encuéntrala en tu palabra … ¿ah? me acordé. Las hembras lo traían loco, como a todos creo ¿o a ti no? … no me mires feo pues compadre, te estoy contando no más. Estuve tocando el timbre, la puerta, y hasta gritando su nombre y no salía, hacía un escándalo que si pasaba un tombo me metía preso, pero me parecía muy raro que no hubieran policías cerca, estando a dos cuadras del Congreso. En fin, se asomó por su ventana con una cara horrible, parece que le malogré su sueño, levanté mi botella y le dije salú profe, con mi mejor sonrisa, o mueca … pero me mandó un carajo que me hizo volver a la realidad, me trató como si me hubiese convertido en un vago alcohólico, y claro, eran las tres o cuatro de la madrugada supongo, y yo estaba allí, a un millón de kilómetros de mi casa, en una facha de lo peor, había olvidado limpiarme, sacudirme ese personaje que me salvó la vida, pero era demasiado tarde, mis intentos por decir palabra fueron infructuosos … inútiles pues … hablaba por las huevas porque el profe me mandó a rodar mirándome decepcionado. Me llegó al pincho y seguí caminando, mi objetivo era esperar que amaneciera para tomar un micro, que era para lo único que alcanzaba el par de soles que tenía, calculando podía llegar a Parque Universitario ya de día. Así que me fui a la avenida Abancay … ¡mierda! que miedo da la Abancay de madrugada … harto pastrulo, loco, y de hecho, rateros que ya se gastaron su jornal y están chambeando doble turno … esa cara que pones … así que otra vez me despeiné, pero ni cagando me iba a echar ese barro meado que hay en los sardineles o jardincitos que hicieron en la avenida, creyendo que crecería algo allí. Caminaba despacio para no llegar de noche al Parque Universitario, ese era otro lugar prohibido a esa hora, bueno, a cualquier hora, pero de noche da más miedo ¿no es cierto? ¿o a ti no te da miedo? … Iba tomando para darme valor, y para emborracharme de nuevo porque ya se me estaba pasando la tranca, la avenida a esa hora parecía una escena de un drama en Harlem, ese barrio donde viven los negros gringos ¿has visto no? Calles llenas de basura y fantasmas oscuros que te descuartizan en la esquina por un par de monedas o por puro deporte. Esto era igual, bueno, parecido, pero sin muchos negros, o mejor dicho, negros diferentes, acá hay más colores, tú sabes, ja, ja, ja, salú … no soy racista, no te ases … ella era negra … es negra … ¿Dónde estará? … ¿Qué estará haciendo? … Se fue a Francia ¿sabes? … no quiero ponerme triste. Estaba pensando en ella, tratando de recordar el poema completo, le escribí varios poemas ¿te conté? … la verdad no muchos, pero eran eróticos, ¿cómo era ese? … despierta, agita las sábanas del universo ajeno … eeeeeeeeee …. ¡ya! ….traslación, rotación, antihorario, antinatura … me arrecha mucho pensar en ella, de hecho nunca gozé tanto, y ella tampoco. Tenía como mil orgasmos antes que yo acabe. Salud … Estaba pensando en ella, y de pronto apareció un tipo con un costal sobre los hombros, puta madre casi le reviento la cabeza con la botella, pero el pata levantó la mano y sonriendo me pidió que me tranquilizara, que me venía a hacer la taba porque hace rato me estaba viendo dando tumbos y me podían robar en cualquier momento. La verdad yo no entendía como seguía intacto hasta ese momento, miré al tipo del costal, le brillaban los ojos, y su enorme bigote sonreía gracioso, me recordaba a algún personaje de esas comedias mexicanas de los años cincuenta, me cayó bien … así como tú también me caes bien, por eso te cuento … le creí que me protegería y caminamos juntos por la Abancay, me dijo que me acompañaría hasta el Parque Universitario, esa era su ruta de chamba ¿manyas? era botellero, reciclaba las botellas que encontraba tiradas en la calle y en los basurales, así que ya te imaginas cuantas fue recogiendo en el camino. Me pidió que le regalara la mía cuando decida terminar y acepté el trato. Cuidaba mi vida a cambio de una botella, mi vida valía una botella … ¿Soy bien dramático no? … Estoy borracho … No sé que hubiese pasado si alguien se acercaba a robar, ¿me hubiese defendido? … No sé … pero me gustaba la idea de andar acompañado del ángel de la avenida Abancay … Salú … aajjj … está feo tu trago pero funciona … Me preguntó que diablos hacía allí a esa hora y le conté toda la historia con lujo de detalles, se cagaba de risa, y su risa también parecía mexicana, ja, ja, ja. Le conté también que no era la primera vez que caminaba borracho en la madrugada por calles poco familiares para mí, no sé de donde mierda vino esa costumbre, pero sentía que era una necesidad, necesidad tal vez de encontrar algo interesante, nuevo, raro, tal vez encontrarme a mí mismo o a una felicidad con rostro de calle vacía … caminé muchas madrugadas durante la década que terminaba, caminé los años ochenta con toque de queda, buscando la emoción allá afuera, como decía Charlie … Charlie García, el de Sui Géneris, Serú Girán, ¿lo manyas? … ¿no lo conoces no? … no me creía, le parecía imposible que haya caminado en toque de queda y siga vivo, no me pareció raro, a mí también me costaba creerme a veces … pero es verdad chochera, no me mires así. Una vez … la primera vez que conocí Comas ¿conoces? … también fue por un cumpleaños de un pata de la universidad, puta que en San Marcos encuentras gente de todo el Perú, bueno, en ese cumpleaños salí y encontré otro ángel que me cuidó en un circo hasta el amanecer. Sí, era guardián de un circo … ¿No me crees no? … tampoco me creyeron mis amigos … este ángel mexicano de la avenida Abancay me hizo recordar aquella oportunidad. Me preguntaba por ella y le fui contando … puta madre … también le conté que había un francés de mierda que la estaba siguiendo, era su profe de la alianza francesa, ¡pero a ella no le gustaba, huevón! ¡me lo dijo mil veces! … solo le gustaba andar conmigo … aunque a veces le sacara la vuelta … puta, el botellero de mierda insinuó que la vieja vio en el francés el mejor partido para su hija y por eso me choteó … carajo que cólera me dio este huevón del botellero mexicano … pero tenía razón … ¿Te conté que ella se fue a Francia? … ¿cómo era ese poema? … tanteo tu halo en École Militaire donde te llevaste el metro … para dejarme corriendo tras la combi en Javier Prado …. puta no me acuerdo. Salú … Llegamos al parque Universitario y como calculamos ya estaba amaneciendo, le entregué mi botella, él me entregó una chata de ron para no dejarme desarmado, me despedí de él y seguí caminando, a la chata le quedaba un poquito de ron y me lo soplé, puta estaba horrible … los pirañas estaban demasiado terokaleados para hacerme algo, dormitaban en los rincones que los abrazaban como fríos padres adoptivos, en esa mañana también abandonada como ellos … como yo … como un amor que recién sentía como tal … ya se arreglará todo mañana, o más tarde, pensaba, mientras buscaba algún ómnibus conocido que me lleve a casa … ¡Carajo me pone depre tu trago! … Cuando llegué a casa busqué las llaves en todos mis bolsillos, de hecho se me cayó al revolcarme en la tierra o al sacar mis anteojos del bolsillo de mi pantalón. Con toda la vergüenza del mundo me tiré en el pasto del parque al lado de mi casa. Mis ojos pesaban más que cualquier vergüenza … que rico jatéé carajo … pero soñé que ella besaba al francés horrible ese. Esa conclusión del botellero o ángel mexicano de la avenida Abancay era lo que menos quería encontrar esa noche … Estaba dormido cuando ella me despertó llorando al verme tirado en el suelo y más sucio que una rata. Fue a buscarme preocupada por lo que me hubiese ocurrido ¿y sabes lo que hice? le dije que mejor no nos volvíamos a ver, ¡que se podía ir con su francés! ¿conoces alguien más idiota que yo? … me desperté con los diablos azules ¡maldito trago! Se fue llorando como vino, mientras yo intentaba inútilmente levantarme del jardín. Chesumadre como me arrepentí luego, al despertar por segunda vez en mi cama, con mi abuela más molesta que nunca, sin una palabra para mí … ¿Te conté que la negra se fue a Francia? … antes que se vaya intenté pedirle perdón, pero ni siquiera me quiso escuchar … se casó con el francés como supuso el botellero … pero estoy seguro que si hago el camino de vuelta la volveré a encontrar en su casa … ya me acordé que sigue … combi que navega en el Sena donde me olvidas cada día … al contemplarlo como no al Rímac … ni a mi fantasma en sequía. … ¿No tienes más trago cuñao? Aún es de madrugada … ¿Vives en este puente? … ¿No me quieres acompañar por la avenida Abancay? Vamos pues … ¿No conoces al mexicano recolector de botellas? … estoy seguro que aparecerá en cualquier momento … tengo que estar borracho y en el mismo lugar en que lo encontré, lo busco todas las noches para que me diga que es mentira lo del francés, me devuelva la botella de vino y poder tomarla con ella mientras nos acariciamos toda la madrugada … Oe compadre, no te vayas, oe.


FIN

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